martes, 4 de julio de 2023

El monasterio surgido de una calavera

   Los monasterios existen en todas las localidades españolas para alojar a toda la comunidad religiosa que existía.

  Cuando supuestamente se produce un milagro se suele levantar en el lugar donde acaeció algún elemento religioso que lo recuerde, es por ello que podemos encontrar multitud de iglesias o cenobios en los exteriores de las ciudades. Ejemplo de estos edificios hay muchos y uno de ellos es el Monasterio Cisterciense de Santa María de Zenarruza ubicado en la vizcaína localidad de Ziortza-Bolibar.

  Según la leyenda en el día de la Asunción de María del año 968 (15 de agosto) los vecinos acudieron hasta la iglesia de Santa Lucía de Garay ubicada en la actual Munitibar-Arbatzegi Gerrikaitz (en esa época ambas localidades estaban separadas y esta iglesia estaba en Gerrikaitz). Una vez se estaba realizando el oficio un águila se coló en ella y tomó en su pico una calavera de una tumba abierta, tras ello la llevó hasta un lugar cercano donde la dejó caer. Los vecinos vieron esto como una señal divina por lo que decidieron levantar allí un nuevo templo que con el tiempo se convirtió en la parroquia de la villa y de sus caseríos.

  Ya en el siglo XIV esta iglesia (cuyo nombre puede venir de Tzea Urriak, un tipo de planta muy común en donde se halla, o de Tzear Otza, ladera fría en euskera) empezó a ganar importancia porque muchos peregrinos que iban a Santiago llegaban hasta ella por eso las familias de la zona insistieron en promocionarla y finalmente consiguieron que Gonzalo de Mena y Roelas, obispo de Calahorra, la ascendiera a colegiata en 1379. Es en es momento cuando se construyen los elementos que ahora lo constituyen,

  La iglesia se levantó en el siglo XIV o principios del XV, aunque se modificó muchas veces después, en estilo gótico pero con una fachada muy sobria en la que se incluye un pórtico con tallas en sus vigas y una imagen de Jesucristo con dos ángeles músicos. De ahí se entra a un interior que contiene uno de los órganos más antiguos de Bizkaia. Tras ella aparece el claustro renacentista cuadrado con dos cuerpos con arcos de medio punto, rebajados en el segundo, y conchas de peregrino y cruces flordelisadas en las enjutas. Todo se completa con dos puertas, la este la cual es de medio punto con el escudo de armas de las familia Múgica y Butrón y la oeste, la cual es más pequeña pero contiene el mismo escudo y sobre él la imagen del águila con el cráneo entre las garras que hizo que se construyera. En su época también hubo un hospital de peregrinos que se quemó y desapareció pero en épocas más cercanas se reconstruyó como hospedería.

  Esta colegiata duró hasta que se redujeron su número en el Concordato de 1851, esto hizo que sus monjes desaparecieran y con ellos el mantenimiento y las rentas. Este abandono supuso incendios que hicieron perder varias obras de arte y montones de libros. Para arreglarlo en la década de los 80 del siglo XX la Diputación Foral de Vizcaya junto a la Diócesis de Bilbao lo restauraron y en 1988 se lo entregaron a unos monjes cistercienses venidos de la Abadía de Santa María de la Oliva (Navarra) quienes crearon un priorato de la orden trapense.

  Actualmente el monasterio mantiene un buen estado y es utilizado por lo hermanos como hospedería. Además es Monumento Histórico-Artístico y desde la ampliación de 2015 está dentro del conjunto Patrimonio de la Humanidad "Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España", siendo incluido como uno de los bienes individuales del camino primitivo.



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