jueves, 6 de julio de 2023

El palacio donde la religión obligó a tapar las pinturas

  Los palacios de los aristócratas es algo que se pueden hallar en multitud de localidades aunque con otros usos.

  En muchas localidades encontramos edificios que fueron levantados por miembros de la nobleza, construcciones que con el tiempo quedaron en desuso por lo que se les buscó una nueva utilidad para que no se perdieran y eso pasó con el Palacio del Marqués de San Adrián de la navarra localidad de Tudela.

  El origen de este edificio está a finales del siglo XV, aunque la fachada culminó en la primera mitad del siglo XVI cuando fue ordenado por Juan de San Juan para servir como vivienda pero prontamente pasó a la familia Magallón, Marqueses de San Adrián y Marqueses de Castelfuerte, que son los que le aportan el nombre.

  Se trata de un palacio renacentista levantado con ladrillo de dos niveles y ático en cuyo exterior se pueden observar vanos de medio punto y pares de óculos ciegos. Pero sin duda destaca un alero de madera tallado por Esteban de Obray, unos angelotes desnudos con instrumentos musicales y un friso creado por bustos masculinos en alto relieve sostenidos por parejas de figurillas complementarias a los ángeles. Además dos torres laterales culminan la edificación.

  De ahí se pasa a un interior distribuido entorno a un patio central cuadrado de dos plantas, la superior es una galería de grandes arcos. Este patio está recorrido por pocho columnas de estilo toscano que sujetan unas vigas de madera en la que se apoyan arcos en columnas de piedra caliza y sobre ellos otra galería de arcos rebajados sobre columnas de capiteles decoradas con elementos vegetales. Aquí se halla una escalera doble donde se encuentran unas pinturas atribuidas a Pietro Morone en la que se representa a doce mujeres (a la izquierda se reconoce a Virginia, Lucrecia y Vesta y al otro lado a Venus, Juno, Palas y Eris) pintadas al óleo en grisalla (en un principio estaban desnudas pero se vistieron tiempos más tarde cuando pasó a manos religiosas). Este patio junto a lasa habitaciones y escaleras se hizo en la época de Pedro de Magallón Vergara y Veráiz.

  Del resto de su historia se sabe que durante la Guerra de Independencia sirvió como cuartel para el general Francisco Javier Castaños hasta su derrota en la batalla de Tudela por el mariscal Jean Lannes el 23 de noviembre de 1808. Tras ello se recuperó como vivienda hasta 1931 cuando se compartió con la Orden Religiosa "Hermanos del Sagrado Corazón" para que lo usaran como Centro de Enseñanza (es aquí cuando se visten las pinturas) y posteriormente Archivo Municipal de Tudela.

  En 1991 se restauró por completo y en 1993 se instaló en él la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que son quienes lo poseen actualmente. Aparte de esto está considerado la obra cumbre de la arquitectura civil renacentista de Navarra lo que le ha valido ser Bien de Interés Cultural.



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