sábado, 22 de julio de 2023

La casa que ahora es Ayuntamiento

   Muchos edificios comenzaron con una utilidad y se cambiaron a lo largo del tiempo debido a las necesidades del propietario.

  En las ciudades se pueden encontrar construcciones que nacieron con una función que con el tiempo se fue modificando según las necesidades de sus propietarios. Muchos son los ejemplos y uno de ellos es la Casa del Piñón de la murciana localidad de La Unión.

  A finales del siglo XIX la Sierra minera de Cartagena-La Unión estaba en una época de un gran esplendor, es por ello que las localidades cercanas sufrieron un auge económico que hizo que gente con dinero se afincara en ellas. Esto fue aprovechado por empresarios que vieron el negocio por ello en 1899 Joaquín Peñalver Nieto le encarga a Pedro Cerdán la construcción de un edificio que posteriormente serviría para alquiler de viviendas de lujo, unas obras que culminaron en 1905.

  De esta manera se observa un edificio modernista ecléctico con planta en "L" y con planta baja más dos niveles superiores. La baja se hizo en piedra labrada y posee tres entradas en forma de arcos de medio punto flanqueadas por ménsulas con lenes labrados en sus esquinas. El primer piso tiene una balaustrada corrida de piedra cuyo interior está dividido en seis ya que esos eran los apartamentos que tenía hasta su remodelación posterior decorada con motivos neogriegos. El segundo, en cambio, tiene las casas divididas en balcones individuales de rejería ornamentada. Todo culmina con una terraza donde se halla una cúpula diseñada por el arquitecto francés Alexandre Gustave Eiffel la cual está rodeada por una balaustrada de piedra sobre grandes ménsulas de estilo clásico, tejado de zinc y una gran aguja.

  En cuanto a su historia el edificio sirvió como vivienda para su dueño y los inquilinos hasta 1980, año en el solo quedaron las sedes de dos partidos políticos, una inquilina (hasta 2004) y una farmacia. Esto supuso un gran deterioro al edificio hasta que en 2006 el Ayuntamiento lo adquiere y le pide a Martín Lejárraga que lo restaure para ubicar en él las dependencias administrativas del Ayuntamiento de La Unión, la Oficina de Turismo y el Museo del Cante de Las Minas. Además desde el 4 de diciembre de 1987 es Bien de Interés Cultural.





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