Las nuevas tendencias artísticas están presentes en todas las ciudades españolas en sus distintos edificios.
Melilla es una ciudad en la que las tendencias artísticas de finales del siglo XIX y principios del XX calaron muy fuerte es por ello que podemos encontrar una gran cantidad de edificios de este tipo y uno de ellos es el Edificio Rojo.
El origen de este lugar está en 1932 se le encargó a Enrique Nieto el diseño de una construcción que sirviera para alquiler de viviendas y locales comerciales. Sin embargo, las obras acaecidas entre 1934 y 1935 las llevó a cabo Juan Sánchez siguiendo el los planos de Nieto.
De esta manera surge un edificio Art decó levantado con paredes de mampostería de piedra local y ladrillo macizo al que se le suman vigas de hierro y bovedillas del mismo ladrillo. Además consta de planta baja, entraplanta y tres niveles superiores. La pare inferior son unos muros donde se instalaron los locales y el portal. Sobre ellos está la entreplanta la cual posee vanos adintelados, con claves, balconcillos y grandes ménsulas que dan paso a los tres siguientes niveles que son iguales que la entreplanta. Todo se completa con balcones abaulaustradas en la fachada principal y rejerías en la secundaria, un chaflan en la esquina y se corona con petos en la azotea con balaustres y un tambor con cúpula gallonada que corona el chaflán.
Del resto de su historia se sabe que en 2009 se hizo obligatoria una reforma llevada a cabo por Marco Antonio Pérez Aguilera y Benito Manuel Perelló González Moreno, que actualmente funciona igual que en sus inicios y que forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.
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