En todas las comunidades españolas hay construcciones curiosas con historias aún más sorprendentes y eso pasa con el panteón del Inglés ubicado en la cántabra localidad de Cueto, entre el puente del Diablo y la playa de El Bocal.
Todo comienza en septiembre de 1889 cuando el telegrafista y autor teatral José Jackson Veyán y su amigo inglés William Rowland paseaban a caballo muy cerca del acantilado en un día que el mar chocaba con más bravura que de costumbre. Esto suponía un estruendoso ruido que asustó al corcel de William haciendo que se desbocara tirando a su jinete el cual se dio un golpe en la cabeza que le mató en el acto, el caballo se despeñó. Una vez sucedido esto el cuerpo de William fue repatriado a Inglaterra pero José quiso hacer algo y es ahí cuando se le ocurre levantar un mausoleo que culminó en 1892.
Este panteón fue levantado en sillares de piedra caliza por el cantero Serafín Llama a modo de una pequeña capilla en cuyo interior se albergaría cadáver de William pero en él no hay cuerpo alguno solamente una placa que reza "Esta edificación fue encargada por D. José Jackson Veyan, jefe de las instalaciones telegráficas del semáforo de Cueto desde 1877 a 1909 y famoso autor teatral de la época". Es por ello que más correctamente sería llamarlo cenotafio que panteón, un lugar levantado simplemente por amistad.
En 1994 fue restaurado por la Escuela Taller de Santander y es propiedad del Ayuntamiento de Santander quien es el encargado de su mantenimiento.
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