Cuando se erigen construcciones que sirvan para dar algún servicio a la población se necesitan de personas que las hagan funcionar y las cuiden. Es por ello que muchas veces se levantan hogares en sus alrededores para que los trabajadores vivan y eso pasa con la Casa de la Estanca en la zaragozana localidad de Borja.
En 1328 el rey Alfonso IV de Aragón le dio a Borja un privilegio por el cual la población podría construir un estanque que recogiera el agua de la acequia del Sorbán. Pero por diversas razones la obra no se hace hasta 1539. Una vez hecho esto se hizo necesario erigir una vivienda para que la persona encargada del nivel del agua, sus entradas y salidas y proteger los peces que allí había viviera. Es ahí cuando se le encarga a Antón de Veoxa que la diseñe, unas obras que concluyen en 1543, aunque la que ahora se ve es de una reforma de 1771.
Lo que aquí se observa es un edificio cuadrado de tres pisos en altura erigidos en mudéjar aragonés. La planta baja es de piedra sillar y tiene un vano adintelado de entrada, la segunda es un paño de ladrillo ornamentado por motivos romboidales enmarcados por bandas de esquinillas y la tercera posee una galería de arcos de medio punto doblados que se cegaron en el siglo XIX.
En cuanto a su interior abajo del todo es una única estancia con solería de tierra apisonada, la segunda se utilizaba para vivienda por ello está dividida en cocina, dos dormitorio y una escalera que comunica con la tercera planta la cual fue la más modificada en 1771 ya que se le rebajaron los techos. Probablemente se usaba para guardar los materiales.
Con el tiempo se quedó sin uso lo que hizo que se fuera deteriorando hasta su restauración en 2012. Gracias a esto tiene un gran estado y por su historia e importancia, se trata de una de las pocas muestras de la arquitectura civil mudéjar del siglo XVI aún en pie, es Bien de Interés Cultural.
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