Durante la Edad Media era necesario proteger los lugares estratégicos de posibles ataques por ello se solían levantar fortalezas que vigilaran el lugar pero que también sirvieran como vivienda parea sus gobernadores. Muchos son los ejemplos y uno de ellos es el castillo de Guadamur ubicado en la homónima localidad toledana.
El origen de este edificio está en los años 1466-1469 cuando Pedro López de Ayala, I conde de Fuensalida, obtiene el permiso real para levantar un castillo sobre un cerro llamado de la Natividad donde ya había con anterioridad una fortaleza musulmana. El motivo era el de afianzar esta zona ya que había sufrido varios ataques desde 1446 y por ello se levanta el primer cuerpo del patio-palacio y la torre del homenaje, además durante el reinado de los Reyes Católicos se le fueron añadiendo nuevas funciones defensivas así como la reforma de la muralla. La segunda etapa constructiva es de 1520 y es cuando se levanta lo que quedaba y se habitúa la fortaleza como vivienda de los condes.
De esta manera se observa un castillo de influencia italiana cuyo exterior está formado por dos recintos amurallados y un foso defensivo. Aquí también había un antiguo puente levadizo y conserva un matacán sobre la puerta y dos cubillos. De ahí se pasa a una segunda muralla con baluartes y defensas cilíndricas en las esquinas recorridas por un adarve, llenos de aspilleras y rematado con de merlones que servían como defensa de artillería. Por último está la torre del homenaje en forma de prisma, el patio de armas y el castillo o casa fuerte organizado entorno a un patio acristalado.
Esta casa fuerte se erigió porque la familia Ayala, es decir, los condes de Fuensalida se instalaron en él y acogieron a ilustres habitantes como la reina Juana I de Castilla y su marido Felipe, el cardenal Cisneros o Carlos I, además sirvió durante un tiempo como prisión para la Princesa de Éboli cuando Felipe II ordenó su reclusión.
Como vivienda de los condes funcionó hasta el siglo XIX cuando los franceses lo ocuparon para utilizarlo como cuartel. Tras ellos el castillo quedó abandonado y deteriorado, algo que se acentuó con las Guerras Carlistas. Esto casi acaba con él pero en 1887 María Fernanda García-Alessón y Pardo de Rivadeneyra, VI condesa de Asalto lo adquirió y restauró.
Actualmente sigue en manos privadas, es Bien de Interés Cultural y conserva un gran estado. Además sus visitas están permitidas tras solicitar reserva previa y en ellas se pueden observar una gran colección de armaduras, tapices, cuadros y muebles de época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario