En los albores del cristianismo los primeros cristianos necesitaban de lugares donde recibir el culto que su religión demandaba. En esa época eran pocos los sitios donde podían recibirlos por ello se crearon los primeros templos y un ejemplo de ello es el yacimiento arqueológico de Son Peretó y su basílica situado entre los mallorquines municipios de San Lorenzo del Cardessar y Manacor.
No está del todo claro cuando se levantó este lugar pero sí se cree que el cristianismo se extendió por Baleares en la Antigüedad Tardía, es decir, entre los siglos V y VIII. Es por ello que este yacimiento se suele situar en algún momento del siglo V o VI. Lo que sí se conoce es que su descubrimiento fue en 1912 cuando el clérigo Joan Aguiló Pinya compró estos terrenos y al hacer algunas obras salieron a la luz los restos, tras ello él comenzó las primeras excavaciones las cuales se dieron a conocer por Josep Puig i Cadafalch en 1920 al publicar los hallazgos en el Anuario del l’Institut d’Estudis Catalans. Ya en 1982 la sobrina de Aguiló cedió los terrenos al Ayuntamiento de Manacor y la Universidad de las Islas Baleares, la Universidad de Barcelona i el Museo de Mallorca comenzaron una excavación más minuciosa.
Lo que aquí se ve es una estructura levantada seguramente para dar culto a una comunidad instalada en una población romana preexistente y para ello la habrían erigido con influencias de los estilos sirio-palestinos y norteafricanos del siglo V. Se trata de un aula rectangular dividida en tres naves separadas por dos filas de columnas y pilares adosados que seguramente sujetaban una arquería. Además contiene un ábside exento semicircular en el interior y cuadrangular en el exterior que seguramente se comunicaba con la basílica mediante un arco, un baptisterio con dos pilas bautismales (una excavada en el suelo con forma de cruz latina, siendo los extremos del brazo corto redondos y tiene siete escalones que corresponden a los siete grados del misterio del Espíritu Santo en el brazo largo), una zona de carácter funerario donde se han encontrado tumbas datadas entre el siglo V y el VII (decoradas con aves y motivos geométricos y en las que destaca una que pone Baleria en referencia a la difunta) y sanctuarium donde estaba el altar. Todo se completa con varias construcciones a su alrededor que podían servir como casas o lugares de trabajo y varios mosaicos del siglo VI.
Actualmente presenta un buen estado, está catalogada como Bien de Interés Cultural y los objetos y mosaicos hallados en ella se conservan en el Museo de Historia de Manacor.
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