Los amantes de lo paranormal muchas veces describen encuentros en lugares abandonados donde antiguamente hubo una gran actividad. Muchos son los ejemplos de ese tipo de lugares y uno es la Colonia de Santa Eulalia, una pedanía situada entre las alicantinas localidades de Sax y Villena.
El origen de este lugar está a finales del siglo XIX cuando Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia y Gestalgar y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, vizcondesa de Alcira, deciden levantar una nueva colonia, siguiendo una ley de 1868, en un lugar denominado Prados de Santa Eulalia desde la época de la conquista cristiana de la zona (el nombre proviene de una antigua leyenda que explica que santa Eulalia ayudó a las tropas de Berenguer de Entenza a vencer a los musulmanes y por ello se le levantó una ermita ya desaparecida).
En sus inicios se trataba de una finca que llenaron de vides, olivos y almendros pero siguiendo el socialismo utópico el conde decide asociarse con Mariano Roncali para crear una colonia industrial que a partir de 1887 se convirtió en Colonia Agrícola de Primera Clase cuya finalidad era el cultivo y creación de productos de la tierra. Es por ello que se levantaron casas para los trabajadores, una gran fábrica de harinas, otra de alcohol, bodegas, almazaras y almacenes. Pero también un palacio para los condes, un teatro, un economato, un casino, una hospedería y una estación de ferrocarril. Todo organizado mediante dos plazas y una nueva ermita dedicada a santa Eulalia.
Desde sus inicios la colonia prosperó y tuvo un gran rendimiento económico pero a partir de 1925 empezó a decaer. En 1937 se la intentó rehabilitar llevando hasta ella la electricidad aunque hubo que cambiarla de nombre a Colonia de Lina Odena ya que existía una ley que obligaba a eliminar las referencias religiosas o monárquicas en los topónimos. Pero esto no funcionó y las industrias cerraron dejando la colonia abandonada y sus edificios sumidos en la ruina.
Actualmente quedan en pie, aunque en muy mal estado, el palacio de los condes la nueva ermita de santa Eulalia, el teatro Cervantes, la Fábrica de Harinas El Carmen y la Fábrica de Alcoholes La Unión.
Pero aparte de esto la colonia se ha convertido en un lugar venerado por los amantes de lo paranormal debido a una antigua leyenda y a que la colonia se levanta sobre un cementerio musulmán.
Según el mito a finales del siglo XIX la condesa cansada de los devaneos de su marido, era muy mujeriego y bebía demasiado, decide trasladarse a vivir a la colonia. Una vez allí, debido a su despecho, convirtió el palacio en un casino con bodega por el que pasaban una gran cantidad de hombres. Esto llega a oídos de su marido quien decide acudir a poner orden pero en vez de eso empezó a beber y jugar hasta perder gran parte de su fortuna. Tras ello salió al patio tambaleante hasta que se cae dentro de una fuentecilla quedando su cabeza inconsciente dentro del agua lo que le provoca la muerte.
Pues bien, desde entonces se cuenta que si una mujer entra al palacio y se asemeja a la condesa el conde aparece para visitarla. Además se dice que cualquier familia que viva en esa casa se separaría sin remedio, aunque al estar en ruinas no vive nadie.
Actualmente la colonia sigue abandonada, está declarada Bien de Interés Cultural y está incluida en la lista roja de Patrimonio español en peligro de Hispania Nostra. Aparte de esto también se ha convertido en un destino predilecto para los apasionados de las experiencias paranormales ya que no solo se pueden topar con el conde sino que también se ven sombras, se oyen ruidos e incluso algún espíritu que pertenecerían a gente condenada por los vicios y desenfrenos de su disoluta vida.
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