Castillos en buen estado se pueden encontrar en cualquier parte de España debido a la gran cantidad de territorio que tenían que defender.
Muchos de los castillos que están en España no conservan un buen estado pero otros se han ido adaptando a nuevos usos, cosa que ha permitido que lleguen hasta nuestros días en perfectas condiciones. Multitud son los ejemplos y uno de ellos es el Castillo de Jarandilla (también conocido como castillo-palacio de los condes de Oropesa o castillo de Carlos V) ubicado en la cacereña localidad de Jarandilla de la Vera.
El origen de este castillo está ligado a la conquista de la ciudad por parte de Alfonso VIII de Castilla y su cesión a Plasencia. En ese tiempo había una primitiva fortaleza musulmana que se refundó y se mantuvo bajo la Corona hasta 1311, tras ello pasa por varias manos hasta que en 1369 el rey Enrique II de Castilla se lo cede a García Álvarez de Toledo, entonces I señor de Oropesa. Es esta familia, y más concretamente Fernando Álvarez de Toledo y Zúñiga, I conde de Oropesa, quien lo integra dentro de su condado y decide levantar un nuevo edificio que sustituyera al anterior. Aunque se sabe que hubo algunas obras anteriores que levantaron alarma en los Zúñiga por lo que reclamaron Plasencia para ellos.
Lo que ahora se ve es un castillo gótico militar que consta de un recinto exterior circundante a modo de glacis forzado que permitía ver a cualquier enemigo acercarse. Tras él aparece un segundo recinto con cubos y torrecillas redondeadas en los lienzos y un portón flanqueado por dos torreones redondos defendidos por troneras, almenas y adarves, además había un foso y posiblemente un puente levadizo posteriormente sustituido por uno de obra.
Por último aparece el castillo de base cuadrada organizado entorno a un patio central y cuatro torres en las esquinas, dos cilíndricas y dos prismáticas (en estas dos estaban las dependencias más importantes del castillo), a su vez los muros se recorren por canecillos a modo de cornisa que sujetan almenas en voladizo para defender el edificio. Por último aparece la torre del Homenaje rematada en una cornisa con matacanes pero sin almenas y decoraciones con arcos carpaneles o arcos rebajados muy planos.
Del resto de su historia se sabe que entre 1556 y 1557 alojó al rey Carlos I hasta que terminaron sus estancias en Yuste y que fue dañado durante la guerra de la Independencia.
Actualmente el castillo está gestionado por Paradores de Turismo de España, es por ello que conserva un gran estado y su interior ha sido renovado para adaptarlo a esta nueva función. Además está catalogado como Bien de interés cultural.
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