En España hay una gran multitud de iglesias que tienen muchos siglos de historia, sin embrago hay otras que parecen antiguas pero están más cerca de nuestros días de lo que creemos y un ejemplo de ello es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de la murciana localidad de Alcantarilla.
En 1951 el papa Pío XII promulga el Dogma de la Asunción de María a los Cielos es por ello que en Alcantarilla deciden erigir una nueva iglesia que advocarían a la Asunción de la Virgen. Ese mismo año el entonces alcalde, Fulgencio Pérez Almagro, otorga la licencia de construcción y se le encarga el diseño a Pedro Pérez García quién la idea al estilo de una basílica romana y para ello se fija en la Basilica Papale di San Paolo fuori le mura (Basílica de San Pablo Extramuros) de Roma. Tras ello el arquitecto técnico de la Base Área, Ramón Bágena Martínez, bajo supervisión del primer párroco de este nuevo templo, Pedro Pérez García, crea los planos. Las obras continúan hasta 1958, año de su apertura y consagración por parte del obispo de Cartagena Ramón Sanahuja y Marcet, dando como resultado una iglesia monumental.
Lo que aquí se observa es un templo neobarroco cuya fachada es bastante sobria y solo cuenta con tres puertas en forma de arco de medio punto. La principal es la central y se flanquea con dos columnas, coronadas por un frontón partido en cuyo interior está el ánfora con azucenas (símbolo de la Santa Iglesia Catedral de Santa María situada en Murcia). Sobre él hay cuatro ventanas de arco de medio punto rodeadas por el mismo emblema, un rosetón, un frontón curvo con el lema "Ave María", y una gran cruz. Todo se completa con dos torres campanario en las esquinas.
De ahí se pasa a un interior de planta basilical y tres naves separadas por columnas de mármol con capiteles dorados que sujetan un techo plano. El crucero culmina en un presbiterio donde está el Altar Mayor cóncavo neobarroco hecho con oro y mármol y en el que se puede ver un fresco con la de la Asunción de la Virgen, esculturas de Nuestra Señora de la Asunción y San José Obrero, de la escuela valenciana, y un San Pancracio, de Fernando Ortuño. El resto de la iglesia se decora con pinturas de artista valencianos dirigidos por Miguel Meler Carmelet y en las que, imitando el estilo valenciano de los siglos XVII y XVIII, se recrean la vida de la Virgen María, de los Santos y de La Anunciación o Encarnación del Señor. Por último hay un semidesconocido Crucificado, de la escuela andaluza del siglo XVII.
Actualmente presenta un gran estado, sigue sirviendo como iglesia y se ha convertido en uno de los edificios emblema de la ciudad.
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