jueves, 16 de noviembre de 2023

El palacio de San Cucao



   Las casas nobiliarias siempre han levantado palacios allí donde pasaban grandes temporadas, construcciones que aún están en pie.

  Los nobles pasaban grandes temporadas en ciudades que no eran su vivienda habitual por ello solían levantar palacios en otras muchas localidades, gracias a esto podemos ver muchas construcciones en pueblos pequeños. Multitud son los ejemplos y uno es el Palacio de Villanueva ubicado en San Cucao, una parroquia del concejo asturiano de Llanera.

  El origen de este palacio está a finales del siglo XVII cuando fue erigido por el matrimonio María Alonso de Quirós y Andrés Díaz de Villanueva, pertenecientes a la familia de los Valdés, a la vez que crearon el el mayorazgo de Villanueva. Sin embargo entre 1709 y 1723 habría sido remodelado por su nieto Álvaro de Valdés Quirós y Navia Osorio dando como resultado el edificio actual.

  Lo que aquí se ve es un palacio de estilo barroco rural cuyos muros se levantan con mampostería mientras que las esquinas, vanos y molduras de separación son de sillar. Todo el palacio se articula mediante tres crujías en torno a un patio interior con corredores de madera lo que le da una forma cuadrada. La fachada principal es la sur y dispone de un cuerpo central flanqueado por dos torres, ligeramente adelantadas en la base, en las esquinas las cuales son de cuatro niveles solamente decorados por los escudos de armas del tercer piso (esta fachada se alarga hacia la izquierda por una capilla rectangular cubierta por una bóveda reforzada en el exterior por contrafuertes). La fachada norte es el muro de cierre y en él están las columnas de piedra que toscanas que delimitan el patio.

  En cuanto a su interior la planta baja albergaba las cuadras, almacenes, bodegas y vestíbulo, en este está la escalera que accede al primer piso el cual está totalmente cambiado aunque conserva un salón.

  Del resto de su historia se sabe que en el siglo XIX pertenecía al marqués de San Esteban del Mar de Natahoyo hasta su venta al conde de Revillagigedo.

  Actualmente sigue en manos privadas pero su estado es lamentable, algo que hizo que en 2012 entrara en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra pero unos arreglos de 2019 permitieron su salida aunque necesita mucha más restauración ya que sigue en ruinas. A pesar de ello está declarado Bien de interés cultural desde el 30 de marzo de 1995.



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