Todas las localidades españolas cuentan con iglesias que dan culto a los feligreses que en ella viven. Muchas veces estos templos fueron levantados sobre otros que quedaron anticuados y eso pasa con la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de la madrileña localidad de Torrelaguna.
El origen de esta iglesia se halla varios siglos antes de erigirse ya que con anterioridad había otra que tuvo que ser sustituida a principios del siglo XV, momento en el cual dan comienzo las obras de este nuevo templo en varias etapas constructivas que duraron hasta el siglo XVII y que fueron impulsadas por distintos arzobispos de Toledo como Martínez Contreras, Cardenal Mendoza, Cardenal Cisneros o Alonso Fonseca. Todo este tiempo pasado hace que se trate de un edificio gótico isabelino o tardío mezclado con elementos renacentistas y barrocos.
Su exterior presenta unos muros bastante sobrios en los cuales destacan dos portadas. La principal o de San Ildefonso se levantó en el siglo XVI, tiene forma de arco carpanel decorado con el cordón franciscano (algo bastante típico en las obras ordenadas por Cisneros) y se enmarca entre dos contrafuertes rematados en pináculos. La portada Sur o de la Resurrección fue encargada en el siglo por el Arzobispo Fonseca a Juan de Cisniega y Juan Calderón quienes mezclan los estilos gótico-mudéjar con el renacentista y la rematan con el escudo de armas del arzobispo. Todo se completa con una torre campanario de los siglos XV y XVI levantada por Juan Campero. se organiza en tres cuerpos: el bajo eses liso, macizo y sin vanos, el segundo y el tercero poseen vanos decorados con los escudos de la Villa y de Cisneros y se remata en un chapitel.
De ahí se pasa a un interior de planta basilical con tres naves, siendo la central más alta y ancha, cubiertas por bóvedas de crucería. Tras ellas aparece la cabecera poligonal con dos capillas laterales, la del Evangelio y la de la Epístola, y la Capilla Mayor al centro, además hay tres capillas en el lateral norte, dos al sur y un abierto bajo la torre correspondiente a la antigua capilla bautismal. En la iglesia también hay un coro a los pies del templo sujetado por tres arcos carpaneles y al que se accede mediante una escalinata, y se concluye con una tribuna para el órgano.
Todo el templo se termina con varias obras de arte, retablos, y con lápidas cubriendo todo el suelo y es que hasta el siglo XIX las familias prominentes de la localidad se enterraban en ella haciendo que se saturara, esto ha motivado que las tumbas hayan tenido que levantarse varias veces por motivos de higiene, seguridad y mejora.
Actualmente la iglesia presenta un gran estado, debido en parte a las reformas que se le han tenido que hacer (en las que se hicieron en 2014 aparecieron, cuando se restauró el retablo renacentista, aparecieron en sus espaldas pinturas del siglo XVI que representan dos rostros masculinos. el bosquejo de un ave rapaz y varias inscripciones), y es Bien de Interés Cultural desde 1983.
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