Los nobles y el ocio era algo que siempre iban unidos por ello creaban palacios para ese tipo de circunstancias.
Una de las cosa que más amaban los ricos eran pasar ratos de ocio en lugares algo alejados de las ciudades, es por ello que se levantaban palacetes a as afueras y n ejemplo de ello es la Finca de recreo de los Dueñas o Casa Blanca de la vallisoletana localidad de Medina del Campo.
A mediados del siglo XVI el cambista Rodrigo de Dueñas, un hombre que había hecho dinero en las ferias de Medina del Campo, quería levantarse un lugar de recreo a las afueras de la localidad. Para ello escogió unas tierras cerca de la ribera del rio Zapardiel y también para celebrar que el 8 de noviembre de 1558 la Real Chancillería de Valladolid le otorgó el título de hidalgo. En 1559 es cuando contrata a Luis de Vega y Gaspar de Vega para que ejecuten la obra.
Todo esto dio como resultado un palacete renacentista de planta de cruz griega organizado en torno a un patio central porticado con columnas que sujetan arcos que soportan una linterna rematada por una cúpula. De aquí parten todas las estancias palaciegas ricamente decoradas por los hermanos Corral de Villalpando con figuras muy a la italiana como eran héroes mitológicos, reyes, guerreros… Unos años más tarde la casa pasó a manos de Francisco de Dueñas, es ahí cuando su mujer, Blanca de Estrada convirtió en palacete en su residencia (de ahí su nombre de Casa Blanca) y decoró ricamente su interior. Todo se completaba con una zona ajardinada lleno de fuentes y estanques.
Actualmente sigue en manos privadas y ha perdido parte de su majestuosidad pero sigue siendo un edificio de un gran arte, esto ha hecho que sea catalogado como Bien de Interés Cultural.
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