El puente que iba hasta le sede de Isábena

   Los puentes eran algo muy necesario para sortear los ríos u otros obstáculos que se hallaban en el camino.

  Cuando se empezaron a crear los caminos entre las ciudades se encontraron con obstáculos que debían sortear, ya fuera ríos o barracos. Para ello crearon pasarelas y una de ellas es el Puente Medieval o Románico de la oscense localidad de Capella.

  Durante la Edad Media en la localidad de Roda de Isábena se instauró una sede episcopal es por ello que a esa ciudad acudía mucha gente pero por allí pasa el río Isábena lo que dificultaba el transito entre los pueblos. Esto hizo que municipios como Capella quisieran erigir puentes para sortearlo de esta manera entre los siglos XIII y XIV nació el puente románico.

  Lo que aquí se observa es una pasarela de sillarejo bastante regular con una distancia de unos cien metros por tres de anchura que se levantó con forma de "lomo de asno". Para ello se le colocaron machones prismáticos y hexagonales, además de tajamares triangulares escalonados, que crean ocho arcos, siendo el central de mayor amplitud y con un ligerísimo perfil apuntado. Por último se protegió la calzada, más ancha de lo habitual, con pretiles para impedir que los carruajes o vehículos que pasaban cayeran al río.

  Desde sus construcción este puente fue la única vía de comunicación de Capella con todo el valle por ello fue bastante transitado hasta 1993, momento en el que se levanta unos nuevo, tras ello su afluencia bajó aunque sigue en uso. Actualmente sigue funcionando como pasarela para pasar el Isábena, debido a esto se restauró en 2004, y por su importancia está declarado Bien de Interés Cultural desde 2002.