jueves, 11 de enero de 2024

La casa de recreo de los Mendoza

   La nobleza y el ocio siempre han conjugado muy bien por ello se pueden encontrar construcciones en las afueras.

  Cuando la nobleza quería tener ratos de ocio solían ir a cazar es por ello que compraban terrenos a las afueras de las ciudades y levantaban en ellos pabellones de caza que les permitieran vivir en ellos durante el tiempo que dedicaban a tal actividad. Gracias a esto se pueden encontrar muchos ejemplos y uno de ellos es la Casa del Bosque ubicada en la madrileña localidad de Buitrago del Lozoya.

  Cuando en el siglo XV Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana, se convirtió en señor de Buitrago, un título que su familia ostentaba desde el siglo XIV, decidió adquirir la Dehesa del Bosque, a unos dos kilómetros de Buitrago y en la margen izquierda del río Lozoya, ya que era una finca perfecta para practicar la caza. Ya en el siglo XVI su descendiente Diego Hurtado de Mendoza de la Vega y Luna inicia una primera fase constructiva de un palacete que sirviera como villa de recreo. Estas obras abarcaron el periodo de 1514 a 1520. De esta manera continuó hasta que en 1590 Íñigo López de Mendoza de la Vega y Luna comienza la segunda fase bajo la dirección de Diego de Balera quien culmina la construcción en el 1600.

  Tras ello se podía observar un edificio renacentista inspirado en las villas palladianas que se estaban construyendo en la región italiana del Véneto. Esto se nota en que se articulaba mediante una rotonda interior cubierta mediante una cúpula y que fue utilizada como capilla.

  Del resto de su historia se sabe que en el siglo XVII fue abandonada lo que le supuso varios deterioros que se agravaron durante la invasión napoleónica del siglo XIX ya que los franceses la saquearon pero la puntilla se la dio la Guerra Civil cuando perdió lo que quedaba de sus dependencias, vallas de cerramiento, jardín y edificios anexos de servicio. Todo esto hizo que estuviera en un avanzado y peligroso estado de ruina.

  Ya en 2017 la Dirección General de Patrimonio Cultural inició las intervenciones para asegurar los restos que aún se conservan e impedir que se perdiera para siempre este palacete el cual está protegido con la categoría de Bien de Interés Patrimonial de la Comunidad de Madrid. 

  Actualmente del edificio solo quedan algunas ruinas pero estas permiten atisbar parte de como sería en su época de mayor esplendor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario