A veces en las ciudades hay construcciones que toda la vida se han pensando que eran una cosa y luego, tras nuevos estudios, se ha averiguado que era otra su utilidad. Varios son los ejemplos de ello y uno es la Torre Vieja ubicada en la conquense localidad de San Clemente.
El origen de esta torre está en el siglo XV, durante el reinado de Juan II de Castilla, cuando es ordenada por Hernán González del Castillo y Portocarrero (Corregidor de Ávila, hermano del doctor Pedro González del Castillo y bisnieto de Clemente Pérez de Rus, fundador de la villa) como una construcción de planta cuadrada, exenta en tres de sus lados, y con dos cuerpos escalonados y separados por una imposta. El primero es la parte inferior y posee tres plantas con ventanas ojivales pareadas y la puerta de acceso. El segundo solamente tiene un nivel, una ventana de arco de medio punto, almenas, gárgolas y un remate de cubierta a cuatro aguas coronado por una cruz de hierro.
Todo esto, más su ubicación y altura, hizo pensar durante mucho tiempo que su utilidad fue militar o de vigilancia pero un estudio realizado en 2022 descubrió que realmente era una torre perteneciente a la casa fuerte que Hernán González tenía en San Clemente, lo que la convierte en el único vestigio de esa fortaleza.
Con el tiempo esta construcción, la más antigua del pueblo, fue perdiendo su utilidad por ello se la rehabilitó y dio otros usos ya que actualmente alberga la Oficina de Turismo municipal y el Museo Etnográfico de Labranza, un lugar donde se pueden observar multitud de herramientas y artesanías propias de ese oficio. Aparte de esto, según los archivos, en ella se alojó Isabel I de Castilla cuando pasó por San Clemente para otorgarle el permiso de poner un mercado los jueves lo que hace que sea un edificio de suma importancia histórica lo que le ha valido ser Bien de Interés Cultural.
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