Durante el siglo XX las vocaciones religiosas bajaron respecto a siglos anteriores por ello muchos conventos se cerraron y se sustituyeron por otras construcciones. Muchos son los ejemplos de este tipo de edificios y uno de ellos es la capilla de las Siervas de María ubicada en Santa Cruz de Tenerife.
Antes de 1926 el lugar donde ahora está la iglesia estaba ocupado por un convento de la congregación de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Finalmente la falta de hermanas hizo que este desapareciera y que en 1926, sobre su jardín, se erigiera la nueva capilla ese mismo año obra de Domingo Pisaca Burgada. En 1927 culminan las obras siendo inaugurada por el obispo Fray Albino.
Se trata de un templo pequeño cuyo exterior presenta una puerta de acceso en forma de arco flanqueado por dos ventanas y un rosetón. Por encima de este aparece una espadaña con dos campanas y culmina en una cruz. De ahí se pasa a un interior de una sola nave rectangular decorada por policromías con motivos naturales e imitaciones de mármol.
Actualmente la capilla presenta un gran estado, sigue funcionando como lugar de culto y acoge la Iglesia Castrense Nuestra Señora de la Salud. Además cuenta con la categoría de Bien de Interés Cultural.
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