El siglo XX supuso para Melilla una gran transformación debido a los nuevos edificios que se estaban levantando en ella, construcciones que seguían los patrones de los estilos más novedosos y un ejemplo de ello es la Casa de Jacques Eskenazi Aguilerun.
Hacia 1909 se le encargó a Enrique Nieto la creación de un nuevo edificio para servir como vivienda. Para ello lo diseñó en art decó siendo una casa de dos plantas, la baja donde se situarían los locales comerciales y en la segunda el hogar. Pero todo cambió entre 1936 y 1938 y es que aprovechando que había que arreglar las viguetas, sumado a la caída del falso techo del Café España Juan Sánchez Calleja, siguiendo los planos del arquitecto original, añadió dos nuevas plantas.
Ahora lo que se observa es un edificio de ladrillo macizo cuya fachada se compone por unos bajos muy austeros y sobre ellos una balconada, balcones con rejerías en la primera y segunda, en la tercera de fábrica y se remata por una cornisa central y coronamientos en los laterales. Todo se completa por miradores de tres niveles. De ahí se pasa a un interior de planta baja, cuatro niveles más y una terraza.
Actualmente sigue funcionando como vivienda y forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.
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