El castillo que protegía las fronteras nazaríes y aragonesas

   Los castillos fueron las mejores construcciones que existieron para poder vigilar todo un territorio en peligro de ataque.

  En una época de continuas guerras como era la Edad Media la mejor manera de defenderse era crear sitios desde donde se pudiera ver desde lejos y así controlar el territorio. Muchos son los ejemplos de este tipo de fortalezas y uno de ellos es el castillo de la murciana localidad de Alhama de Murcia.

  El origen de este lugar está entre los siglos XI y XII cuando se erigió sobre lo más alto de un monte, seguramente ya utilizado por los romanos en épocas pasadas, que le permitía controlar todo el itinerario el valle del Guadalentín en un tiempo en el que esta zona era fronteriza tanto del reino de Granada como del de Aragón. Esto hacía que que el control del castillo fuera muy importante por ello, tras el tratado de Alcaraz firmado en Alcaraz hacia el 2 de abril de 1243 por el infante Alfonso de Castilla (futuro Alfonso X) y varios señores de la taifa de Mursiyya, Castilla se lo entregó a Juan García de Villamayor para que vigilara amabas fronteras. Es en esta época cuando tiene su máximo esplendor.

  Se trata de un castillo almohade divido en dos espacios diferenciados, uno era el estrictamente político militar y otro que servía como refugio y vivienda para la población. Pero por desgracia no está en sus mejores condiciones y por ello solo se pueden ver restos de las murallas y una torre del Homenaje con alzado completo y pinturas decorativas en su interior.

  A finales del siglo XIV tanto la ciudad como el castillo pasaron a posesión de los señoríos de la Casa de Fajardo quienes lo rigieron durante la toma de Granada en 1492. Esto hizo que su que su importancia decreciera, algo que se acrecentó tras la derrota de los morisco en 1571 tras su rebelión. Finalmente esto le llevó a un abandono total y a que prácticamente desapareciera. No fue hasta el siglo XXI cuando se hicieron obras para fijar sus ruinas y excavaciones arqueológicas que dieron como resultado el hallazgo de vestigios desde su época musulmana hasta el siglo XIII.

  Actualmente los restos del castillo presentan un relativo buen estado gracias a la intervención de los Ministerios de Cultura y Fomento, a través de su proyecto del 1% cultural y del proyecto europeo Castrum, lo que ha permitido que sea visitable. Además por su importancia histórica está catalogado como Bien de Interés Cultural.