No todos los templos religiosos son grandes edificaciones que se levantaron para dar culto, existen otro tipo que se erigieron en plena roca excavando desde su exterior y un ejemplo de ello es la ermita rupestre de San Acisclo y Santa Victoria ubicada en Arroyuelos, una localidad perteneciente al cántabro municipio de Valderredible.
No está del todo clara la datación de este lugar pero se piensa que su origen sería prerrománico y de época visigoda, es decir, antes de que en el 711 entraran los musulmanes en la Península. Sin embargo, esta se puede situar entre los siglos VIII y X debido a sus tumbas exteriores ya que se ven algunos elementos hispanogodos con soluciones del arte asturiano y su población.
De esta manera presenta un exterior excavado en un peñón de arenisca que da acceso a un túnel que sirve para llegar a una iglesia interior de una sola nave con planta irregular, de tendencia cuadrangular, y dos niveles. El inferior posee la nave, un pilar cuadrado con cuatro arcos que sujetan el techo, un arco triunfal de herradura y el ábside con planta de herradura y cubierta en bóveda de horno. Aquí también se halla una escalera que da paso a la segunda planta que funciona como una tribuna superior sobre la nave principal, con la que se comunica con dos arcadas, rematadas en sendos arcos de medio punto. Todo se completa con una necrópolis exterior.
Actualmente presenta un buen estado, es una de las dos únicas iglesias de este tipo con dos plantas y gracias a su arte e historia está catalogada como Bien de Interés Cultural.
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