jueves, 16 de mayo de 2024

El palacio que acoge a los ferrocarriles

  Los nobles solían levantarse inmuebles palaciegos en los lugares donde pasaban mayor tiempo, casas que ahora tienen otros usos.

  Madrid es una ciudad en la que se construyeron numerosos palacios debido a la gran cantidad de aristocracia que en ella viven. Pero muchas de estas casas fueron perdiendo su uso y hubo que darle otros nuevos, es por ello que se pueden encontrar un gran tipo de estas construcciones renovadas y un ejemplo de ello es el palacio de Fernán Núñez.

  El origen de este edificio está en 1753 cuando Blas Jover, miembro del Consejo de Fernando VI, levanta su vivienda en los antiguos terrenos de los huertos del Convento de Santa Isabel. Posteriormente vende la propiedad hasta que, tras varios dueños, en 1769 cae en manos de Miguel José María de la Cueva, XIII duque de Alburquerque y IV marqués de la Mina, quien transforma la casa por completo, sin embargo, a su muerte en 1803, los problemas sucesorios hicieron que este lugar se convirtiera en cuartel, hospital y viviendas particulares hasta que en 1815 lo hereda Felipe María Osorio de la Cueva, VII conde de Cervellón. Este se casa con María Francisca de Asís Gutiérrez de los Ríos Solís, II duquesa de Fernán-Núñez, y juntos son los que construyen, entre 1847 y 1849, el palacio tal y como se ve ahora.
  
  De esta manera se ve un edificio de estilo romántico cuyo exterior es bastante sobrio. De ahí se pasa a un interior articulado en dos áreas: la noble y la de servicio. La noble destaca por grandes salas decoradas por alfombras y tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara, algunos basados en pinturas de Goya, lámparas de Burano, sedas y muchos más elementos lujosos. Entre todas ellas la que más resaltan son el Salón de Baile, el Salón Isabelino y el Comedor de Gala, además del jardín. La otra zona servía para el servicio y fue donde se hicieron las obras para instalar las oficinas que ahora acoge.
 
  Desde su construcción se convirtió en uno de los mayores centros de la vida social madrileña, llenandose sus salones de y fiestas organizadas por la duquesa de Fernán Núñez. Pero como en muchas ocasiones pasó la Gerra Civil le dañó por ello, tras su adquisición en 1940 por la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España y Red de Andaluces, tuvo que ser reconstruido en parte, unas reformas que se repitieron en 1970, 1985 y entre 2000 y 2002.

  Todas estas reformas han servido para ubicar en su interior la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, pero esto no ha modificado un apice su zona noble la cual permance intacta y se usa para eventos culturales y también privados. Además ha servido como escenario para algunos largometrajes como "¿Dónde vas, Alfonso XII?" o "Sangre de mayo".





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