martes, 14 de mayo de 2024

La ermita cuyas pinturas están en el Prado

   En muchas iglesias había pinturas que hubo que sacar de allí para rescatarlas de posibles desastres naturales.

  Normalmente los pueblos pequeños conservan algunas ermitas con muchos siglos de historia, además en multitud de ellas había pinturas murales de un gran belleza pero que hubo que sacar para evitar su desaparición. Un buen ejemplo de ello es la ermita de la Vera Cruz de la segoviana localidad de Maderuelo.

  El origen de este templo está en el siglo XII cuando Maderuelo esra uno de los pueblos más importantes de su zona, de hecho se convirtió en cabeza de Comunidad de Villa y Tierra, lo que le permitió llegar a tener hasta diez parroquias en el siglo XIII. Es en ese contexto cuando se erige la ermita sobre una antigua visigótica (según algunas leyendas en ella se hacía un culto ancestral a los muertos y los templarios habrían custodiado un lignum crucis).

  Se trata de un templo románico cuyo exterior es bastante sobrio ya que solo posee varios ventanales y puertas de acceso. De ahí se pasa a un interior de una sola nave separada de un testero recto a través de arco triunfal de medio punto. Pero es aquí donde se escondía un auténtico tesoro en forma de pinturas murales del siglo XII que decoraban practicamente todos su muros y bóvedas. 

  -En la bóveda, en su centro, se hallaba "El Pantocrátor sostenido por cuatro ángeles"; en su lateral izquierdo: "La Anunciación", el "Ángel turiferario", "San Mateo" y "San Lucas". En lateral derecho está "San Marcos", un "Ángel con rollo", un posible "San Juan Evangelista", un "Ángel turiferario", un "Ángel con libro" y un "Santo obispo".

  -En los medios puntos: se pintó "Caín (o quizá Melquisedec) y Abel presentan ofrendas al Cordero inserto en la Cruz", "La creación de Adán" y "El Pecado Original".

  -En el muro izquierdo: se situaron "Seis Apóstoles", "La Magdalena unge los pies del Señor", "Adoración de un Mago a la Virgen con el Niño".

  -En el muro derecho: se colocaron "Cuatro apóstoles".

  Que en esta ermita hubieran estas pinturas no impidió que se sumiera en un absoluto abandono y que en 1830 pasase a mano privadas y que se utilizara como almacén de paja y establo. A principios del siglo XX varios anticuarios se fijaron en los muros y quisieron expoliarlos para hacer negocio en Estados Unidos como ya había hecho con otras iglesias de la zona. Es ahí cuando surgió la figura de un abogado del Estado de Segovia que consiguió que la ermita se convirtiera en Monumento Histórico Artístico en 1924, salvándola así del expolio que se quería llevar a cabo. 

  Otro gran problema surgió en 1947 cuando se construyó en Maderuelo el pantano de Linares ya que amenazaba con anegar la ermita y destruir las pinturas. En ese momento se decide su traslado al Museo Nacional del Prado donde siguen conservadas.

  Actualmente la ermita presenta un gran estado, se la ha restaurado y en 2011 se han instalado en su interior replicas de las pinturas que en ella había.





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