La costa había que protegerla a través de una serie de edificios que cuiden toda la zona a través de la altura.
España cuenta con muchos kilómetros de costa que había que proteger de alguna manera. Es por ello que se levantaron edificaciones que cumplieran esa función y un ejemplo de ello es la Torre Vella o de Carlos V de la tarraconense localidad de Salou.
En el siglo XVI los ataques piratas, sobre todo sardos y sarracenos, a la costa catalana eran una constante, por ello se necesitaba proteger cada uno de los puntos de la zona. Dentro de este contexto es cuando el arzobispo de Tarragona, Pere Cardona, ordena la nueva torre para que defendiera el puerto salouense, culminando las obras en 1530.
Lo que aquí se observa es una torre cuadrada cuyo exterior es carente de decoración salvo el escudo de Pere Cardona sobre la portada. Ya en el siglo XVIII se le añadieron unas casas anexas las cuales se comunican con la torre mediante un puente construido en el siglo XX.
En cuanto a su interior este ha sido modificado ya que actualmente su función es muy distinta, y es que ahora acoge un espacio para exposiciones de pinturas y el museo de esmalte contemporáneo, en el cual se pueden ver una gran colección de esmaltes de autores nacionales e internacionales. Además, si el Ayuntamiento lo autoriza, se celebran bodas civiles. A todo esto se le suma una gran historia y arquitectura que le ha servido para convertirse en Bien de Interés Cultural.
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