Cuando la gente enferma es necesario tratarla en lugares donde estén bien atendidos hasta que saben por completo.
Desde el inicio de la humanidad la enfermedad ha sido algo inherente a ella. Es por esto que hubo que crear lugares donde tratar a la gente, sanatorios que, en muchas ocasiones, perdieron su función para renacer con otra vida. Multitud son los ejemplos y uno es el Hospital de Santiago de la jienense localidad de Úbeda.
A mediados del siglo XVI Diego de los Cobos y Molina, obispo de Ávila y Jáen, planeó la construcción de un hospital, advocado a Santiago, en Úbeda, su ciudad natal, para que diera servicio a enfermos pobres pero que también funcionara como iglesia-panteón y palacio. Para ello contó con Andrés de Vandelvira y eligió un solar extramuros. Las obras comenzaron en 1562 y concluyeron en 1575, por lo que Diego no pudo verlo ya que falleció el 25 de agosto de 1565.
En su exterior se observa un edificio renacentista escasamente ornamentado de dos plantas y se flanquea por dos torres con cubiertas de cerámica vidriada en la cara principal, y otras dos que corresponden a la gran capilla central. A esto lo completa una amplia lonja sobreelevada de la calzada donde hay cuatro columnas dóricas muy gruesas que se coronan con leones sedentes que sujetan el escudo del fundador.
El acceso se hace a través de un arco de medio punto con dovelaje con un releve de Santiago Matamoros y dos pequeñas torres decorativas. Ya dentro hay un gran patio central de doble arcada que distribuye todas las estancias, además contaba con otros dos laterales inacabados. En la planta inferior es donde se ubicó la capilla a la que se entra por una rejería de Juan Álvarez de Molina pero con diseño de Vandelvira. Este templo tiene una planta en forma de H, con las dos torres movidadms hacia el centro y tiene un coro alto a los pies.
En la segunda planta estaba el resto de las dependencias y a ellas se accede mediante una escalera claustral cubierta por una bóveda colgada y decorada por frescos atribuidos a Pedro de Raxis y Gabriel Rosales.
En sus inicios el sanatorio solo trataba a gente con bubas, postillas o tumores pequeños de pus creados por alguna enfermedad generes, sobre todo la sífilis. Ya en 1767 se transformó en hospital general tras una obras de arreglo, primero en 1715, y luego poco antes de su cambio. Llegado el siglo XIX la Guerra de Independencia lo dañó gravemente, y tra la Desamortización de Mendizábal se convirtió en almacén de los bienes quitados a las iglesias, aunque su función de hospital se mantuvo.
En 1904 se le repara la escalera y entre 1927 y 1929 las torres. En ese tiempo llegaron al edificio los ancianos del antiguo Hospital de los Honrados Viejos del Salvador y se abre una escuela de párvulos de las Hermanas de la Caridad. En los 40 se arreglan las cubiertas sur y este, las de la iglesia y la torre del ángulo suroeste. Ya en 1962 el arquitecto Francisco Prieto Moreno lleva a cabo el primer proyecto de Obras de consolidación y restauración del Hospital de Santiago.
En 1975 cesó su actividad hospitalaria para comenzar otra, ya que tras una adaptación hecha entre 1982 y 1990 por Andrés Perea y Carmen Mostaza, abre sus puertas para uso cultural y como palacio de exposiciones y congresos (el auditorio se remodeló en 2018).
Actualmente este edificio, obra cumbre de Vandelvira y cocido como "El Escorial de Andalucía", sigue con su función cultural, es monumento arquitectónico-nacional desde 1917 y forma parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO "Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza".
No hay comentarios:
Publicar un comentario