Cuando se produce un milagro en un sitio determinado se suele construir un edificio religioso en el lugar en su recuerdo, templos que suelen ser muy importantes en su tiempo pero por desgracia algunos de ellos no han llegado en buen estado a nuestros días y un ejemplo de esto es el monasterio de San Prudencio de Monte Laturce ubicado a pocos kilómetros de la riojana localidad de Clavijo.
Según la tradición en algún momento del siglo VI san Prudencio, anacoreta y obispo de Tarazona, viajó hasta Osma para arreglar unos documentos. Estando allí se encontró enfermo y como intuía que iba a morir le dijo a su sobrino Pelayo que colocaran su cuerpo sobre un mulo y que le enterraran donde el animal se parara pues Cristo le guiaría hacia la que sería su tumba. Cuando falleció se hizo su voluntad y el mulo le transpotó hasta la entrada de una cueva en la falda meridional de Monte Laturce, justamente la gruta donde él había pasado su primer año como ermitaño. Después Pelayo y un pequeño séquito se unieron en una comunidad monástica regida por la regla de san Agustín y levantaron una iglesia advocada a sannVicente.
Hacia el año 925 hubo una nueva comunidad cuyo abad se llamaba Adica. Él fue quien en el 950 decide integrarse en el monasterio de San Martín de Albelda seguramente para estar más seguros ya que ambos eran fronterizos con territorio musulmán y corrían peligro de ser atacados.
Ya en el siglo XI el valle de Leza quedó bajo el señorío de Cameros siendo su señor Fortún Ochoa quien en 1058 se hizo protector de san Prudencio. De esta manera el monasterio empieza a recibir donaciones que le permitieron volver a independizarse y vivir una época de prosperidad. Además los Ochoa propician la construcción de las nuevas dependencias y establecen su panteón familiar en él.
En 1169 los señores de Cameros deciden fundar el monasterio cisterciense de Santa María de Rute, o Ruete, por lo san Prudencio pierde poder pero en 1181 se reorganiza todo y la comunidad de santa María pasa a vivir a san Prudencio mientras que los monjes que allí estaban se unen a la orden del cister, erigen un nuevo cenobio conocido como de los Padres Bernardos y empiezan a depender del segoviano monasterio de Santa María de Sacramenia.
A pesar de esto san Prudencio seguía recibiendo ayuda económica y en 1208 el papa Inocencio III le otorgó privilegios y le confirmó las posesiones. Además en el siglo XVII, ya en manos cistercienses, se le construyó una iglesia y un convento nuevos. Sin embargo, su declive llegó tras la desamortización de 1835 cuando fue abandonado y sus posesiones trasladadas a la Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño, esto le llevó a la ruina.
Actualmente del monasterio, cuyo dueño es el Ayuntamiento de Clavijo, solo se pueden ver algunos restos que no están protegidos por ninguna institución, esto le está suponiendo un gran daño que amenaza con hacer desaparecer lo queda. Es por esto que está incluido en la lista roja de Patrimonio español en peligro de Hispania Nostra. Eso sí, en 2023 surgió la ascociación Salvemos el Monasterio de San Prudencio con la intención de rescatarlo.
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