sábado, 15 de junio de 2024

El puente romano-medieval de Ourense

   Las ciudades con río necesitaban pasos pasos para poder cruzar de una orilla a otra, de ahí la necesidad de los puentes.

  Ourense es una ciudad dividida por el río Miño, es por ello que se necesitaban pasarelas que permitieran el paso de los viandantes de una orilla a otra. Es así como nació el Puente Viejo, también conocido como Romano, Mayor o Medueval.

  Cuando los romanos crearon Auriense se dieron cuenta de que debían levantar una plataforma que atravesará el río sobre un ramal de la vía XVIII o Vía Nova (unía Bracara Augusta, Braga, con Asturica Augusta, Astorga). Según la tradición este se habrí erigido en el siglo I, durante la época de Trajano pero algunas características de su arquitectura lo retrsan hasta los tiempos de Augusto.

  De este primitivo puente solo quedan algunos sillares almohadillados de las bases ya que entre 1228-1229 Lorenzo, obispo de Ourense, solicitó al rey Fernando III de Castilla su reconstrucción, el monarca acepta. Es ahí cuando se le da la forma actual de arco apuntado y las rampas en ascenso. Pero su cimentación empezó a dar problemas en el siglo XVII Melchor de Velasco lo arregló otorgándole el aspecto de ahora salvo que tenía una torre que ya no está, también se cuenta que el hueco del pilar central habla una estatua.

  Lo que ahora se observa es un puente eminentemente medieval que conserva siete arcos de los once originales. Se constryó con piedra granítica, posee 370 metros de largo y el arco central es de 43 metros de ancho por 38 de alto sobre el nivel medio de las aguas.

  Actualmente tiene un gran estado, hasta el siglo XX fue el único paso que tuvo la ciudad y junto a la ermita de Os Remedios (queda pendiente su descripción) está catalogado como monumento histórico-artístico.



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