Toda ciudad con muralla necesitan puertas para poder atravesarla y así transitar entre el interior y exterior de ella.
Muchas ciudades aún conservan su muralla y con ella algunas de las puertas que permitían el transitar de la gente. Una de estas villas amuralladas es la turolense localidad de Albarracín, una localidad en donde también se mantienen alguno de los accesos que en el cercado se crearon y uno de ellos es el portal del Agua.
El origen de esta puerta está el siglo XIII cuando se abrió para que funcionara como una salida casi secreta para que por ella salieran caballos para cargar el agua que debía abastecer a los albarracinenses. Para ello se eligió un lienzo pegado al río Guadalaviar y muy cercano a la ya desaparecida "Torre de la Muela", una atalaya situada en la otra orilla del río que se erigió para evitar descubiertas.
Se trata de un portal semioculto entre dos torres, como su función era secreta no se construyó de manera monumental sino como un simple arco de sillería de medio punto hacia el exterior pero rebajado al interior para poder sujetar los portones. Por último se le añadió un cuerpo de guardia superior cyo balcón miraba al río y al que se accedía mediante una galería con escaleras intramuros.
Actualmente el portal conserva un gran estado gracias a las restauraciones llevadas a cabo, sobre todo en el cuarto de guardia, y forma parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.
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