Covadonga es uno de los sitios de mayor afluencia de católicos por ello hay varios sitios religiosos allí ubicados.
El Real Sitio de Covadonga, situado en el asturiano municipio de Cangas de Onís, es mundialmente conocido por la Santa Cueva o santuario de Covadonga (hace un tiempo conté su historia) que acoge la Santina, pero allí también hay otros edificios importantes y uno de ellos es la basílica de Santa María la Real.
La historia de este templo comienza en el 740 cuando el rey Alfonso I de Asturias construye en el interior de una gruta, contigua a la Santa Cueva, una iglesia de madera de tejo donde colocó tres altares dedicados a la Virgen María, a San Juan Bautista y a San Andrés. Posteriormente cedió su custodia a los monjes benedictinos y se le dio el nombre de Templo del Milagro porque se consideraba un prodigio que se sosteniera volada y colgada de la montaña.
Esta primitiva iglesia perduró hasta 1777 cuando un incendio la arrasó. Es ahí cuando se le encarga a Ventura Rodríguez que erija una nueva pero varios problemas económicos lo impiden. Ya en el siglo XIX Alfonso XII retoma la idea siendo Roberto Frassinelli y Burnitz, llamado el Alemán de Corao, el dibujante elegido para su diseño, pero como no era arquitecto fue Federico Aparici y Soriano el que ejecutó la construcción, unas obras que comenzaron en 1877 y culminaron en 1901.
Lo que aquí se observa es un templo cuyo exterior es de estilo neorrománico, fabrica de piedra de caliza rosada y planta de cruz latina. A esto se le suman dos grandes torres campanario que flanquean una puerta, en forma de pórtico adelantado y con tres arcadas de medio punto rematadas por un pretil, decorada con bustos de Benito Sanz y Forés y Ramón Martínez Vigil, obispos de Oviedo e impulsores de la obra, esculpidos por Mariano Benlliure.
Su interior es una nave en la que desaparecen los brazos de la cruz al estar ocupados por sacristías. Además posee tres ábsides escalonados, cubierta con aristas, crucerías en el crucero y ante presbiterio y cuarto de esfera en los ábsides.
En cuanto a decoración apenas contiene salvo el altar mayor donde hay una image sedente de María, obra de Juan Samsó, que se rodea por el cuadro "La Anunciación de la Virgen" (obra de un discípulo de Vicente Carducho, aunque erróneamente se le atribuye a él) y "El rey Don Pelayo en Covadonga" (Luis de Madrazo, 1855), ambas pertenecen al Museo Nacional del Prado pero están depositadas allí. Debajo del altar hay una arqueta con las reliquias de San Melchor y de San Pedro Poveda.
El templo se inauguró el 7 de septiembre de 1901, obteniendo ese día el título de basílica menor por parte del papa León XIII, y se rodea por la Campanona (una campana de 1900 donada por el conde italiano Sizzo-Norris y Luis Gómez Herrero), la estatua de Pelayo (Gerardo Zaragoza, 1964), el obelisco con la Cruz de la Victoria (regalada por los duques de Montpensier en 1857. Se dice que está en el punto exacto donde Pelayo fue coronado) y los restos del monasterio de san Pedro (siglo VIII y posiblemente fundado por Alfonso I de Asturias).
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