Muchos son los castillos que podemos encontrar en buen estado en los distintos puntos de España pero, por desgracia, hay una gran cantidad de los cuales solo quedan restos y un ejemplo de ello es el castillo de Travadell ubicado en el alicantino municipio de Millena.
Sobre la peña rocosa de Morro del Salt, un lugar donde se han hallado restos de la Edad del Bronce, se alza esta fortaleza que seguramente sea del siglo XII o XIII y de origen musulmán, como así lo atestiguan las cerámicas allí encontradas. Por su situación en lo alto se puede saber que fue un punto estratégico para vigilar la zona. Es por esto que entre 1245 y 1248 las tropas de Jaime I de Aragón lo tomaron, siendo su primer repoblador cristiano Raimundo de Canesa en 1248 y su primer señor Roger de Lauria en 1270. Ya en 1394 la corona se lo enajenó a Francisco de Casa Saja, pero en 1431 el rey Alfonso V de Aragón se lo donó Ramón de Perellós. Sus siguientes tenedores fueron los Folc de Cardona, marqueses de Guadalest, quienes desde 1500 controlaron toda la Vall de Travadell. Más tarde, y hasta el siglo XIX, perteneció a los marqueses de Ariza. Tras ello quedó abandonado lo que supuso su ruina.
Ahora solo quedan ruinas que permiten ver que su planta se adapta al terreno y que su entrada está al este, protegida por una torre de la que quedan parte de sus lienzos. Además conserva un pasillo estreccho que lleva hasta otros muros y a restos de la torre del Homenaje.
A pesar de esto se puede atisbar parte de como sería en su época de esplendor y la importancia que tenía, lo que le ha hecho ser Bien de Interés Cultural.
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