La casa del chocolatero fotógrafo

   El Modernismo fue uno de los artes más apreciados del siglo XX por ello se pueden encontrar un gran ejemplo de edificios de ese estilo.

  Barcelona es una ciudad plagada de edificios de estilo Modernista debido a que era un arte que gustaba mucho a los burgueses de la época. Estos solían pedir levantar sus hogares siguiendo esa estética pero muchos de ellos con el tiempo cambiaron de función y un ejemplo de ello es la Casa Amatller.

  El origen de este lugar está en 1898 cuando es encargada por el chocolatero y fotografo Antoni Amatller para servirle como vivienda y estudio. Para ello contó con Josep Puig i Cadafalch quien culminó las obras en 1900.

  Se trata de un edificio cuya fachada principal se inspira en el románico y el gótico catalán y a la que se llenó con una profusa decoración plagada de simbolismo. De esta manera en la parte inferior se observ dos puerta asimétricas unidas mediante un San Jorge del escultor Eusebi Arnau. Sobre ellas está la galería de la planta noble donde se hallla un balcón neogóttico. El resto se recorre por ventanas también neogóticas.

  Pero, sin duda, lo que más destaca es su remate escalonado basado en el arte medieval del norte de Europa. Pero esto no es solo estética sino que ahí se situó el estudio fotográfico y se hizo así para que los químicos estuvieran separados del resto de las estancias.

  En cuanto a su interior, abajo estaba el vestíbulo, pensado para la entrada de carruajes, desde donde se distribuye toda la casa.

  Actualmente está todo muy cambiado y es que desde 194 acoge la Fundació Institut Amatller d’Art Hispànic creada por Teresa Amatller. Una institución dedicada a la preservación, gestión y difusión de la arquitectura original de la casa así como impulsar el estudio de la Historia del Arte Hispánico. Además desde 1960 la planta noble se ha convertido en una Casa Museo donde se muestra como era el hogar de la familia Amatller, con sus muebles y colecciones originales.

  Todo esto ha conseguido que sea Bien de Interés Cultural y Bien Cultural de Interés Nacional. Y, como curiosidad, junto a la Casa Batlló y la Casa Lleó Morera, forma la llamada Mansana o Illa de la Discòrdia de Barcelona (el término hace referencia a la manzana de la discordia de las diosas Hera, Afrodita y Atenea. Se les dio el nombre porque se consideran las tres casas más bellas de la ciudad).