El siglo XX marcó una nueva tendencia constructiva que se extendió por ciudades españolas como Melilla.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX Melilla experimentó un gran crecimiento que se reflejó en la creación de su Ensanche Modernista, un lugar en el que se pueden ver una gran cantidad de edificios de ese estilo siendo uno de ellos la Casa de Francisco Fernández López.
El origen de está en el 3 de junio de 1924 cuando es diseñado por el ingeniero militar Enrique Álvárez Martínez para servir como viviendas. Para ello lo erigió con paredes de mampostería de piedra local y ladrillo macizo a lo que se sumaron bovedillas de ladrillo tocho para los techos.
Se trata de un edificio modernista formado por planta baja, dos pisos más y un tercer nivel incompleto. Todo ello se recorre con vanos enmarcados y con molduras sobre sus dinteles y balcones en las plantas. Todo se completa con un mirador poligonal creado con balaustradas, arcos de medio punto, columnitas sobre el chaflán, decoración de guirnaldas y remate en petos.
Actualmente sigue funcionando como viviendas y forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.
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