jueves, 1 de agosto de 2024

La ermita que se llama como su donante

   A veces vecinos de una zona donan parte de sus bienes para crear edificios que en la actualidad disfrutan muchos vecinos.

  No solo las grandes iglesias reciben la devoción de miles de personas, existen templos pequeños a los que también acude multitud de gente y un ejemplo es la ermita de la Purísima Concepción ubicada en El Esparragal, una diputación que pertenece al murciano municipio de Puerto Lumbreras.

  En 1826 María de la Concepción Sánchez López, vecina de El Esparragal, donó un terreno y un pajar para levantar sobre ella una ermita que obligatoriamente debía llevar su nombre y estar advocada a la Purísima Concepción. Todo queda sellado ante notario y el 11 de agosto de ese mismo año se funda sobre el solar del granero, la cual se sufragó con aportaciones de vecinos que no querían desplazarse hasta Puerto Lumbreras.

  Se trata de un sencillo edificio cuyo exterior está encalado en blanco, conjugándose con el dorado de puertas, ventanas, espadaña y cornisas. Su interior es de una única nave rectangular. Todo se completa con una espadaña con campana suspendida, cubierta a dos aguas y un tímpano con azulejería que representa a la Purísima Concepción sobre la puerta.

  Actualmente presenta un gran estado y a ella, cada 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, acuden a ella miles de personas para celebrar las fiestas.

 


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