Para el buen funcionamiento de una ciudad se necesita agua es por ello que hubo que levantar sitios donde pudiera recogerse.
Toda localidad necesita agua para que sus ciudadanos puedan llevar a cabo sus tareas diarias, además de que el líquido elemento es esencial para la vida. Es por esto que se levantaron fuentes donde la gente se abasteciera, siendo una de ellas la Fontanilla del onubense municipio de Palos de la Frontera.
El origen de esta fuente está en el siglo XIII cuando se erige sobre un antiguo brocal romano para servir como surtidor público. Para ello se creó un templete o Tetrapylum de ladrillo, el cual es de estilo mudéjar y se levanta, sobre una planta cuadrada, por unos arcos de medio punto reforzados con pilares y se corona con una bóveda semiesférica. Su surtidor estaba en el centro y a los lados se abrían pequeños canales por donde corría el agua hasta depositarse en un largo abrevadero en el lado oriental.
Estudios actuales también han confirmado que estaba recubierta por una capa de estuco y decorada con pinturas religiosas. Esto ha hecho pensar que aparte de servir como fuente se utilizaba como humilladero o estación de penitencia.
Todo esto la convirtió en un lugar bastante importante pero lo fue más a partir del 3 de agosto de 1492 se cree que de ella se abastecieron de agua las naves Santa María, Pinta y Niña antes del primer viaje de Colón.
Actualmente presenta un buen estado y es un monumento clave para palos por ello está incluida, desde el 29 de enero de 2016, en la propuesta para ser Patrimonio de la Humanidad "Monasterio de Santa María de la Rábida y los Lugares Colombinos de Huelva" (ya está en la Lista Indicativa de la UNESCO pero todavía no hay resolución).
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