Para defender un territorio las atalayas fueron claves ya que permitían ver al enemigo desde lejos y avisar del ataque.
En el siglo IX las tropas cristianas se aventuraron a atravesar la sierra de Guadarrama y llegar hasta la Marca Media de al-Andalus, poniendo en serio peligro las ciudades controladas por Qurtuba, sobre todo Tulaytula. Es por ello que el emir Muhammad I ordenó que se erigieran una serie de torres en el territorio de la actual Comunidad de Madrid para que protegieran la zona. Una de ellas fue la atalaya de Arrebatacapas ubicada en la madrileña localidad de Torrelaguna.
No se sabe a ciencia cierta el año de construcción de este lugar ya que pudo ser a finales del siglo IX, siendo emir Muhammad I, o ya en el siglo X cuando Abd-al-Rahman III a era califa. Lo que sí se conoce es que su función era la de vigilar y comunicarse con otras como la de El Berrueco, Venturada, El Vellón, o la ya desaparecida de El Molar.
Se trata una torre, erigida desde la propia roca, cilíndrica con tendencia tronco-cónica hecha con hiladas de mampostería y argamasa que se mezclaron con piedras para rellenar las rocas. Su acceso está ubicado a unos 2,5 m del suelo y da paso a un interior formado tres pisos separados por un suelo de madera con un hueco en el que estaba situada una escalera de mano.
Actualmente ppresenta un estado semirruinoso pero su importancia histórica ha hecho que sea monumento histórico-artístico y Bien de Interés Cultural.
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