No solo en épocas cercanas se han construido cosas, de hace miles de años, durante la Prehistoria, también tenemos patrimonio.
La mayoría del patrimonio que se conserva en España viene de la Edad Antigua en adelante pero también tenemos construcciones erigidas durante la Prehistoria. Varios son los ejemplos y uno es la Cova d'en Daina ubicada en el núcleo urbano de Romanyà de la Selva, perteneciente a la gerundense localidad de Santa Cristina d'Aro.
Hallada a finales del siglo XIX por Pere Cama i Casas, propietario del terreno, y mencionada por primera vez por Agustí Casas en 1894, lo que aquí se ve es un dolmen datado entre los años 2700 y 2200 a. C, es decir, en pleno período Neolítico. Por su estructura se enmarca en la tipología de sepulcro de "galería catalana" o "corredor ancho", algo propio del Neolítico final y que evolucionaron del los "sepulcros de corredor". Este, en concreto, tiene una galería cubierta de 7 metros de longitud con forma de U levantada con losas de granito, además contaba con un túmulo circular y un crómlech (una circular o elíptica hecha por piedras o menhires clavados en el suelo).
En su interior a los difuntos, tras pasar un corredor, se les colocaba en una cámara geométrica, igual de ancha que el pasillo, junto a sus ajuares. Así se han encontrado dientes de personas y animales (esto demuestra que albergó muchos entrenamientos), huesos muy rotos, utensilios de sílex, fragmentos de cerámica y ornamentos (collares y piezas de pizarra y de oro).
Actualmente presenta un gran estado, es uno de los megalitos de este tipo más completos de Cataluña, y es de suma importancia histórica para conocer los ritos funerarios de su tiempo. Esto le valió ser nombrado Monumento Nacional en 1931 y ahora Bien de Interés Cultural.
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