Debido al gran sufrimiento que se ha vivido entre los muros de los hospitales es lógico que sean un inmenso foco para sucesos paranormales. Muchos son los ejemplos de ello y uno es el Sanatorio de tuberculosos de Viana ubicado en la vallisoletana localidad de Boecillo.
Durante la primera mitad del siglo XX la provincia de Valladolid estaba sufriendo muchos casos de tuberculosis por ello en los años 50 las autoridades deciden erigir un nuevo hospital para poder atender a los afectados. De esta manera nace un inmenso sanatorio de 20000 metros cuadrados y seis plantas al que también se equipó con capilla y piscina.
Pese a la gran inversión su vida no fue muy larga ya en 1963 cesó su actividad ya que la tuberculosis empezó a remitir y los casos que había se trataban en los hospitales generales. Así comenzó su abandono y también su leyenda.
Desde que se quedó sin función muchos apasionados de lo paranormal han acudido a él ya que se cuenta que se oyen las voces de los que allí fallecieron, se han grabado psicofonías en la que se ha reconocido a una mujer llamada Margarita (era la cuidadora del colegio), se ven luces y sombras, cambios bruscos de temperatura y hay quien padece mareos, angustia y flojedad. Estos sucesos suelen ser más fuertes en la planta dos y en la piscina. En esta última es donde se aparece el fantasma de una niña llamada Ana ya que murió ahogada ahí. La cría suele corretear por los pasillos cercanos.
Actualmente el edificio está en ruinas por ello el Ayuntamiento de Boecillo, a quien pertenece, está buscando la mejor manera para aprovecharlo. Mientras esto sucede sigue siendo uno de los mejores lugares para todo aquel que quiera experimentar algo paranormal.
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