En el Real Sitio de Covadonga, sito en el asturiano municipio de Cangas de Onís, no solo podemos encontrar la Santa Cueva y la Basílica de Santa María la Real de Covadonga (ambas historias ya las conté) sino que también se halla la Real Colegiata de San Fernando o de Nuestra Señora de Covadonga.
El origen de este edificio está en 1635, lo que le convierte en el más antiguo del Santuario, cuando Felipe IV lo erige para fundar una colegiata de canónigos regulares de san Agustín. Para ello se eligió un solar donde antes estaba el antiguo monasterio medieval de Santa María, el cual era regentado por hermanos de la Orden de San Benito.
Se trata de una construcción barroca rectangular muy cercana al monte Auseva, a la derecha de la cueva, cuyos muros se erigieron con mampostería y sillería en las esquinas. Su exterior es bastante austero y se conforma con un cuerpo principal con cubierta es a dos aguas y una torre cuadrada con tejado a cinco. El acceso se hace mediante una puerta de arco recto moldeado, flanqueada por dos pilastras de piedra que llegan hasta la parte superior del edificio. Encima de la puerta hay un balcón coronado por un frontón con escudo.
Su interior se organiza mediante un patio interior de dos plantas, la baja es de arquería de medio punto sobre pilares de sección cuadrada, y la superior se sostiene con pies derechos de madera y barandilla. Aquí también hay dos sepulcros románicos de datación dudosa aunque seguramente sean del siglo XIII. Todo se completa con una iglesia de una única nave cubierta con bóveda estrellada.
En 1867 un desprendimiento de rocas dañó la iglesia por ello en 1876 se rehabilitó y añadió un nuevo tramo.
Actualmente presenta un buen estado y está declarada monumento nacional en 1884, algo que en 1985 cambió a Bien de Interés Cultural.
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