Mucho del patrimonio español se ubica en poblaciones pequeñas pero con grandes historias detrás. Uno de estos edificios es la Torre de La Falsa (también conocida como, Torre Falzà, o Torre l'Alfasar) localizada en el castellonense municipio de Albocàsser.
La construcción de este lugar está datado en algún momento entre finales del siglo XV y casi todo el siglo XVI, pero hay teorías que lo fijan 1584 y, según una inscripción existente en el dintel de la puerta, su dueño seria un notario llamado Juan Miquel. Tampoco se conoce el motivo de su levantamiento pero por su localización se piensa que podía ser una torre de explotación agraria.
Lo que aquí se observa es una torre rectangular cuyos muros son de mampostería y reforzada en las esquinas por pequeños sillares. Estos conforman una torre cuya terraza se divide en dos, una zona plana de teja y otra más alta rematada por una almena.
El acceso se hace mediante una puerta adintelada que da a un primer piso donde se ve una ventana rectangular. En el segundo hay pequeños canes que podrían ser restos de un matacán, ventanas adinteladas, otra rectangular, la cubierta inferior junto al testero y restos de una posible chimenea.
Ahora conserva un relativo buen estado y su posesión sigue estando en manos privadas. Pero esto no ha impedido que se la haya catalogado como Bien de Interés cultural.
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