Entre 1833 y 1840 se desarrolló en España la primera guerra carlista (también conocida como de los Siete Años o primera guerra civil) que enfrentó a los partidarios de Isabel II y de la regente María Cristina de Borbón (isabelinos o cristinos) contra los del infante Carlos María Isidro de Borbón (carlistas). Durante esa contienda hubo que levantar lugares para defender los territorios que contolaba cada bando y un ejemplo es la Torre del Barón de Meer ubicada en la barcelonesa localidad de Cardona.
Desde el comienzo de la guerra carlista en 1833 el castillo de Cardona estuvo bajo dominio cristino por eso el general carlista Benito Tristany y Freixas solí hacer incursiones para tomar la fortaleza y las salinas. El 14 de marzo de 1837 Ramón de Meer y Kindelán, barón de Meer y conde de Gra, fue nombrado capitán general de Cataluña y una de sus primeras decisiones fue construir esta torre, que lleva su nombre, para frenar esas internadas carlistas. Las obras culminan en 1838.
Se trata de una atalaya clásica de las guerras carlistas, es decir, de planta circular cuyo diámetro se va reduciendo a medida que aumenta la altura. Además, es de una fábrica basta y posee alguna aspillera.
Con el tiempo y tras la finalización de kas guerras la torre perdió su función lo que la supuso una ruina progresiva que aún continúa, a pesar de ser Bien Cultural de Interés Nacional.
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