Quizás la construcción más típica del País Vasco sean los baserris, edificios normalmente ligados al campo. Con el tiempo algunos de ellos ha cambiado su funcionamiento y un ejemplo de ello es el caserío Katxola berri ubicado en el barrio de Ayete, dentro de Donostia (San Sebastián).
Este edificio fue levantado en la segunda mitad del siglo XVII como un lagar ligado a una granja que ocasionalmente vendía sidra. Para ello se levantó, en estilo barroco, con una planta rectangular de la que parten unos muros de mampostería enfoscada. Posee dos niveles, bajocubierta y cubierta a dos aguas con caballete, esta última se hizo con madera vista, ladrillo, sillería en esquinazos, vanos y espolones.
En su interior se instaló toda la maquinaria necesaria para la prensa de las manzanas con las que se elaboraba la sidra. Esta labor continuó hasta 1917 cuando su nuevo dueño, Serapio Erdozia, la convierte, junto a la de Munto, en sidrería abierta donde la gente podía acudir a degustar y adquirir este producto. La mujer de Serapio junto a sus hermanas se encargaban de la cocina mientras que él organizaba juegos, apuestas y exposiciones.
La Guerra Civil y la muerte de Serapio en 1940 supuso su cierre y abandono. Esto hizo que en los 90 el edificio estuviera muy cerca del derribo pero el Gobierno Vasco decidió declararla Bien de Interés Cultural y trasladarlo, piedra apiedra, al posterior Anfiteatro del Parque de Miramón donde aún sigue. Además se aprovecho para repararlo con materiales extraídos del ya desaparecido caserío Munto.
Actualmente conservaun buen estado y gracias a la Asociación de vecinos de Aiete (Lantxabe) tiene una nueva vida ya que ahora es un museo exposición sobre la sidra. Además, es uno de los pocos dolare-baserri (casas donde tenían la maquinaria y se elaboraba la sidra) que quedan en Gipuzkoa.
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